sábado, 14 de marzo de 2015

CON LA MIRADA FIJA

Con la mirada fija
queda la atención firme
en la amplitud del pecho,
un sorbo de tiempo
que asciende el alma
cubriendo la pupila 
de vida.

Con la mirada fija
se nubla la vista
escuchando el viento
que hacia adentro sopla
las circunstancias.

Con la mirada fija
escribo tu nombre,
un silencioso pensamiento
que recorre la distancia
entre tú y yo.

Con la mirada fija
un secreto se aisla
en la carúncula
para emprender viaje, 
etéreo se aleja, 
se esfuma
con la mirada fija.

Héctor Tronchoni

[Dedicado a Verónica Tronchoni para su pronta recuperación]


miércoles, 4 de marzo de 2015

EL MAR EN UN VASO

Un vaso, 
al frente veo un vaso transparente.

Me acerco,
camino,
lo observo a corta distancia, 
le regalo mis pupilas silenciosas.
Lo envuelvo con mi mirada
circadiana.

Un vaso,
de lado veo un vaso medio vacío.

Doy dos pasos hacia él,
lo alerto con mi dedo índice,
despierta mi sonrisa,
lluviosa,
se eriza mi piel.

Un vaso, 
al frente veo un vaso lleno
de poemas
que arrastran el mar 
hasta la orilla.
La arena guarda el secreto
de conchas y sirenas.
Escucho.

Un vaso, 
en mis manos un vaso cubierto de espuma.

Un sorbo.

Un vaso y el mar.
El mar en mis manos

[Dedicado a Rocío Prado]

Héctor Tronchoni



martes, 3 de marzo de 2015

CUANDO CAE UNA TAZA AL SUELO

Puede que se invoque el silencio,
que las pupilas suben a la azotea,
que el pulso de los ladrones delate su sed,
que el corazón te dé la espalda,
que un grito despierte tus oídos,
que el sueño se quiebre en dos o más,
que se congele el té sin derramarse,
que el testamento tome otro nombre diferente al tuyo,
que truenen tus bolsillos,
que se quede viuda la tetera
y que un muffin salga corriendo
y, además, 
cuando cae una taza al suelo 
puede romperse en pedazos
para volver a ser una taza diferente.

Héctor Tronchoni


CON UN VERSO EN LA ESPALDA


Leo en tus ojos sueños 
e interpreto una historia jamás contada.
Camino en tus ojos veredas 
que transcurren por cerros. 

*

Leo en tus ojos cuentos 
e imagino el futuro tiempo.
Pedaleo en tus ojos 
con un verso en la espalda.

Leo en tus ojos.

Leo en tus ojos cartas 
de remitente desconocido.
Escribo en tus ojos 
la humedad de una lágrima.

*

Leo en tus ojos 
el remedio de la noche blanca.
Veo en tus ojos 
la luz de tu palabra.

Leo en tus ojos.

Leo en tus ojos 
frente a la paz de tu mirada:
el mundo se torna ojo,
ojo es tu alma.


[Dedicado a Olga Cantú]
Héctor Tronchoni


Foto: Olga Cantú