Posiblemente duerme
y acaricia en sus manos
el calor de su pecho;
entre sus dedos,
una trenza de secretos
que teje sin luna.
Posiblemente sueña y
escribe durante el día
la juventud de la noche;
en la madurez de la noche
susurra versos a la vida.
Se ve una luz prendida.
Posiblemente esté cosiendo
retales de recuerdos
y entre ellos un olvido:
un recuerdo fuera del tiempo.
Se ve una luz prendida:
mamá tiene brillo en los ojos.
Héctor Tronchoni
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