viernes, 6 de febrero de 2015

TRENZAS

Doña Magdalena Coyopol está parada frente al comal. Allí termina de calentar las tortillas que empezó a hacer a canto de gallo, aún de noche. Tiene los ojos enrojecidos del humo negro desprendido de aquel centenerio, uno que recuerda, probablemente, el grito de las víctimas. Si le preguntásemos, el silencio golpearía su estómago. Doña Magdalena Coyopol tiene 40 años y es una viejita de poca estatura y de pelo blanco que recoge cada mañana en una trenza de unos 78 centímetros de largo. Doña Magdalena sueña, al mismo tiempo que cocina, en el futuro de su hija.

La señora Julia Tuxtla Coyopol está parada frente a la puerta de la casa familiar. Allí mece la cuna en sus espaldas. Mientras le da el pecho a Yagán Cuautla Tuxtla, el hermano de éste, Yishaq Cuatla cierra sus ojos cubiertos de lagañas. La señora Julia Tutxla Coyopol tiene 26 años y es una mujer chiquita y de pelo color café que recoge cada mañana en una trenza de unos 64 centímetros de largo. La señora Julia sueña, al mismo tiempo que alimenta a sus hijos de leche y descanso, en el futuro de su otra hija.

La señorita Y´shua Prieto Tuxtla está sentada frente a una mesa hecha de tronco de ceiba. Allí hace las tareas que su maestro de secundaria le solicita en el turno vespertino al que acude. La señorita Y´shua tiene 12 años y es una niña de pelo claro que recoge cada mañana en una trenza de unos 50 centímetros de largo. la señorita Y´shua sueña en estudiar psicología en la universidad.

Las tres generaciones de mujeres tienen los pies sobre el suelo de tierra mojada, y sus cabezas bajo el humo que desprende el comal. Las tres generaciones desenredan su trenza cuando los Dioses cuidan de los granos que maduran la ruta del café. Las tres mujeres se llevan 14 años y 14 centímetros de trenza. Ésta es la magia y la fuerza que mantiene a las tres unidas y con sueños.

¡Qué mujeres, qué sigan soñando!

Héctor Tronchoni
(En La casa del olvido: Experiencias vividas en México y otros relatos)


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